Sharon E. Miller

► Nombre completo: Sharon Elisabeth Miller.

► Apodos: No le gustan los apodos.

► Fecha de nacimiento y edad: 31 De Octubre.

► Lugar de nacimiento: Nottingham, Inglaterra.

► Linaje de la Sangre: Puro.

► Clase social: Alta.

► Ideales: Neutral.

► Casa: Ravenclaw.

► Aficiones/Hobbies: Montar a caballo.

► Gustos: Fumar, beber, la música, dibujar y leer.

► Disgutos: Personas que siempre sonríen aunque no tengan motivo, gente egocéntrica, parejas.

► Fobias: No.

► Manías: Morderse el labio inferior. Hace temblar su pierna derecha cuando está sentada.  

► Rama(s) de la Magia en la que destaca tu personaje: Defensa contra las artes oscuras.

► Patronus: Cuervo.

► Boggart: Soledad.

► Varita: Madera de Acacia, núcleo de pelo de unicornio, 29 centímetros.

► Otros datos: Padece de depresión severa, se auto medica desde entonces. Suele llorar varias veces en un día. No se expone demasiado al sol porque tiene una piel muy blanca y débil. No duerme más de cinco horas diarias. Está muy delgada por culpa de sus cambios de apetito. Tiene muchos dolores de cabeza durante el día.    

Desde pequeña Sharon ha tenido que valerse por sí sola por lo que se puede decir que es una persona independiente. Hace las cosas para su propia satisfacción, y odia que alguien se las de hechas. Lleva metido en la cabeza que la gente nunca te ayudará si no recibe nada a cambio, y es por eso por lo que nunca la verás pidiéndote ayuda, si tiene que hacer algo, lo hará ella misma, por mucho que le cueste. Piensa que es el bicho raro de su familia, jamás ha sentido que encaja en ella, sinceramente, cree que no llegará a encajar en ella en la vida. Además, sabe que todo el mundo está contra ella, y que nadie está de su lado, aunque no sea así. No siempre ha sido de ese modo, claro.


Es una persona muy directa, a la que le gusta ir al grano, sin rodeos. Si tiene que decir algo lo dirá sin importarle la reacción de los demás, no pensará en qué sentirá esa persona cuando lo diga, así como tampoco le importará si dicha persona es más mayor, fuerte, o lo que sea, no le importa. Eso sí, con sus cosas puede ser muy reservada, y odia que la gente insista. No soporta que se metan en su vida cómo si supieran de lo que están hablando, cuando es obvio que ninguno tiene la menor idea de lo que está diciendo. A veces, ser tan brusca le ha acarreado muchos problemas, y a pesar de que podría utilizar su cara bonita para salir de ellos, no es cobarde, y afrontará las consecuencias con la cabeza bien alta.


Heredó la inteligencia de su madre y la astucia de su padre, es muy lista, y la utiliza para sus propios beneficios. Sabe que es inteligente, pero no es la típica persona que usa ésto para reírse de los demás y para sentirse superior. Todo lo contrario, le gusta pasar desapercibida, al fin y al cabo, es lo que ha hecho durante toda su vida. Es muy impulsiva, hace las cosas sin pensar la mayoría de las veces, y, a pesar de que se arrepiente después de hacerlo, no muestra esa expresión. Puede que sea mentirosa, pero cómo no tiene que relacionarse con nadie, no suele mentir. Siempre mantiene su rostro serio y sin expresión, rara vez se la ve sonriendo, por no decir nunca, y si tú eres el caso de su sonrisa, te aplaudo porque vas por buen camino.


Cuando se está mucho tiempo con ella puede llegar a ser muy irritable, tiene cambios de humor constantemente, aunque no se dé cuenta, y eso se debe a la depresión que comenzó a padecer hace un tiempo. Tiene dificultad para concentrase en algo durante mucho tiempo. Hace las cosas con desgana y tiene falta de interés en la mayoría de las cosas que tiene que hacer. Siempre la acompaña un sentimiento de culpa, y de sentir que no vale nada, de desesperanza. Tan sólo quiere desaparecer, y hacer cómo si nunca hubiera existido.


Sharon no siempre fue así, antes de caer en depresión, fue una persona muy feliz, o eso creía al menos. Mientras estuvo con su pareja, los días le parecían segundos. Era un alma despreocupada que sólo se preguntaba si alguna vez acabaría su relación, y cómo acabaría, pero nunca se esperó que aquello sucediera tan deprisa. No era un persona alegre, puesto que nunca lo había sido, pero se podía decir que de veinticuatro horas, diez las pasaba siendo feliz. Al menos, era simpática con las personas y podía mantener una relación amistosa sin necesidad de miradas asesinas. Pero las personas cambian.

► Padre:
John Miller - 46 años - Trabaja en el Ministerio de Magia, alto cargo - Nunca han tenido una relación más allá de '¿Qué tal el colegio? ¿Bien? Bien'. Siempre ha sido un hombre centrado en su trabajo y que no tiene tiempo para ocuparse de su hija.

► Made:
Anna Miller - 46 años - También es alto cargo del Ministerio - Más de lo mismo.

Sharon nació en el seno de una familia de alta clase social, hija de dos altos cargos en el Ministerio de Magia y que eran bien conocidos en el mundo de los magos. Nadie esperaba que fueran a tener una hija, puesto que la mayor parte del día estaban en el gran edificio, trabajando. No habría nadie que se ocupara o preocupara por ella. Y, para ser sinceros, así fue cómo pasó Sharon su infancia. Desde las nueve de la mañana hasta las diez de la noche, estaba con su niñera, que se comportaba más como su madre que su propia madre. Entonces otro día volvía a llegar, y todo era lo mismo, una y otra vez. Creció muy independiente ya desde pequeña, hacía las cosas por sí sola sin necesidad de ningún adulto. Tampoco se preocupaban por lo que se traía entre manos, por lo que la dejaban en paz. A su hija siempre le había fascinado la magia, y no comprendía cómo nadie había averiguado el mundo de la magia, según ella, estaba por todas partes.

Cuando cumplió once años, comenzó a estudiar en la escuela Hogwarts de Magia y Hechicería, para formar sus estudios y así tener una buena carrera cómo sus padres, o eso decían ellos. Fue elegida en la casa Ravenclaw, cómo su madre, al contrario que su padre, que fue estudiante de Slytherin. Sí, de momento no había pasado mucho en su vida. A finales de cuarto curso, comenzó a salir con un chico de la casa de las serpientes, que para ser sinceros, tenían bastante en común y para entonces, estaban "enamorados". Su relación fue, bonita, por qué no decirlo. Ambos se querían, y Sharon creía que había encontrado a su amor verdadero, todos creían que al final se casarían. Pero no, fue un día en el que la chica no se lo esperaba para nada, su chico la estaba engañando con otra, y ni si quiera se lo reconoció, a pesar de que les había visto juntos.

Sharon cayó en una depresión severa de la que sus padres nunca se enteraron. Comenzó a tener problemas para comer, para dormir, para todo, hasta que no pudo más. Tenía ganas de desaparecer, y todo dio un vuelco en su vida. Cambió de una forma increíble, nadie la reconoció cuando volvió al colegio, se había convertido en una sombra que sólo quería romper cosas y llorar. Y sí, las personas cambian, pero nunca dejan de ser lo que realmente son, aún queda algo de Sharon por ahí esparcido.